Alivio, liberación, quitarse un peso de encima. Eso ha sido este partido para cada uno de nosotros y lo digo bien. Estábamos todos, nadie se ha quedado en casa o se ha rendido por no haber tenido mejores resultados en los partidos anteriores -que nos los merecimos- .
Lo necesitábamos todos: cada jugador, tanto del primer equipo como de todos los demás. Los directivos y cada uno de los socios y aficionados. Antes de empezar el partido los rostros de todos, extrañamente, no transmitían preocupación, sino ilusión y confianza.
Y empezó el partido. Cambios en la alineación y alguno más de posición. Los cambios lo dieron todo en el partido anterior y son jugadores del club y de CLUB. Personas que siempre han estado y que casi siempre han estado a las duras hoy les han tocado las maduras. Enhorabuena, Eduardo y Joaquín, os lo merecéis y habéis hecho un partidazo incluido un ensayo de Joaquín del que nos hemos alegrado todos, pero sobretodo sus compañeros.
Cuando hemos metido el primer ensayo y el jugador lo ha lanzado al cielo liberando toda la rabia acumulada de los partidos anteriores me he dicho: el Fénix ha vuelto. Ha sido implacable. El jefe supremo ha comentado que no han jugado tan bien. Discrepo. Hoy se han sumado muchos jugadores al trabajo ofensivo. No era una Jayden dependencia. Los ensayos han estado más repartidos lo cual es un maravilloso plus, que bien nuestros alas. Que también favorecerá a nuestro fuera de serie.
La seriedad, concentración e inteligencia ha sido absoluta. Círculo tras cada ensayo para no dispersarse. La planificación precisa: un partido se juega entero y la inteligencia de los entrenadores es que el nivel sea igual de competitivo del minuto 0 al 80. Hoy lo ha sido.
Otra cosa preciosa es la comunión de los que no jugamos con los jugadores. No creo haber visto tantas sonrisas auténticas en todos, nuestra alegría era por nuestros jugadores pero sobre todo, también por cada uno de nosotros. Todos nos hemos liberado de la ansiedad de la fase de ascenso. Sabemos que estamos haciendo las cosas muy bien y que este equipo se merece jugar hasta el último partido de la competición y nosotros acompañarles y disfrutar con ellos. Y no por ganar por ganar, sencillamente porque saben jugar buen rugby.
¡El Fénix ha vuelto!